lunes, 13 de junio de 2011

Cabildo Temático Organización y Unidad Popular

AGRAVIOS Y MÀS AGRAVIOS

Doscientos años después el pueblo colombiano se mantiene insurrecto, rebelde, y en pie de lucha por su independencia y soberanía. No lo han acallado ni la traición de su gesta libertadora, ni las dos centurias de guerra denodada en contra de sus intereses y de su organización. El magnicidio y la conspiración, lastimosamente fueron piedras fundacionales de la república oligárquica que truncó la revolución social de independencia, y que desde ese entonces se empotra en contra de la mayoría del pueblo colombiano.
Tempranamente, los mismos que negaban al pueblo sus derechos y reivindicaciones fundamentales se apresuraron a legalizar su dominación con sucesivas constituciones, y a encuadrar de forma utilitarista a las amplias masas populares en los partidos tradicionales liberal y conservador, dirigidos éstos por cúpulas aristocráticas, que pregonaban programas a fines al latifundio y al sometimiento al mercado mundial.
Cualquier intento efectivo de conquistas para los sectores populares fue contestado por la oligarquía criolla con la guerra. Desde el descuartizamiento del comunero José Antonio Galán, pasando por el asesinato del General Sucre, la triste noche septembrina, el derrocamiento del gobierno popular de Melo o el motín de los artesanos de 1893, los dirigentes y movimientos del pueblo colombiano han sido duramente perseguidos por los usurpadores del poder. Con el inicio del movimiento obrero al inicio del siglo XX y la vinculación de los movimientos sociales colombianos con las ideas del socialismo, la ferocidad del régimen se acrecienta. Los 200 años de opresión
por parte de quienes frustran nuestra independencia se suman pues a los tres siglos de colonización española, especialmente atroz contra las comunidades indígenas y africanas, pero cuya ignominia se hacía extensiva a todos los sectores del pueblo de nuestro actual territorio.
Todo el siglo XX transcurre en medio de la lucha sistemática del pueblo colombiano para no ser acallado. La lucha del establecimiento contra el pueblo se hace en salvaguarda de sus intereses de clase: la tierra, la fábrica, la ganancia o el erario público como botín, han estado para los oligarcas por encima de la vida de los colombianos. De la masacre de las Bananeras al asesinato de Gaitán, de La Violencia para la contra-reforma agraria, a la estrategia paramilitar, del Plan LASO a las bases militares gringas, del genocidio contra la UP a los “falsos positivos”. Son casi doscientos años de guerra y de traición en función del interés de un puñado de familias en contra de la inmensa mayoría.
Guerra sangrienta, pero también guerra legal, asfixia política en los recurrentes regímenes de unidad nacional; guerra legal gracias a todo un esperpento jurídico en contra de las movilización popular que constriñe cualquier tipo de libertad real. Y no podía faltar la guerra ideológica desde los púlpitos de ayer y desde los micrófonos de hoy, santificando al régimen y satanizando al pueblo y su resistencia. Guerra ideológica pero preñada de dinero para patrocinar la perfidia y la traición al movimiento popular: la vieja táctica de la cooptación a cambio de pequeñas dádivas que empezó en la independencia misma y hoy nos abochorna con vergonzosos casos contemporáneos de dirigentes sociales rebajados a siervos del gobierno.
En resumen, los dueños del poder no se preguntan realmente ¿el poder para qué? Ellos lo saben de sobra y ante todo conocen que no pueden permitir que sea el pueblo colombiano el que ejerza este poder en función de sus necesidades. He aquí la raíz de la guerra contra el movimiento popular, del marchitamiento de los escenarios de participación, de la avanzada ideológica sobre los sectores más empobrecidos de la población, y de la obvia crisis del movimiento social colombiano.
Pese a ello somos muchos los que resistimos, Y no solo resistimos sino ambicionamos una realidad distinta. Millones de campesinos que no se arredran ni con glifosato ni con bombardeos, ni con motosierras. Miles de
estudiantes que luchan por una nueva educación en medio de la más bárbara represión. Trabajadores que enhiestos defienden lo que queda de nuestro patrimonio nacional y frenan la voracidad del capital. Habitantes urbanos que proponen la lucha por una ciudad para todos y no para los negociantes. Artistas que crean una nueva cultura para la transformación de la sociedad. Defensores de DDHH que de manera valiente desnudan la putrefacción y el sadismo de este régimen sanguinario.
En fin, la lucha del pueblo sigue, porque esta no nace de un capricho o de un enemigo externo, como siempre lo han pensado las élites. Nuestra lucha nace de las necesidades que este sistema jamás podrá satisfacer. Por esto nos hemos organizado para luchar desde hace más de 200 años y lo seguiremos haciendo hasta que sean satisfechas nuestras reivindicaciones.
Por ello este 20 de Julio proclamamos al país como aporte hacia nuestra nueva independencia:

¡CABILDO ABIERTO PERMANENTE!

La mejor solución a los problemas que aquejan al país es la organización que reúna al pueblo, supere la dispersión e invoque el espíritu libertador que vive en el pueblo colombiano, heredero de la primera independencia y todos aquellos que han puesto su esfuerzo y su vida al servicio de las causas populares. Ante el vacío existente en la conducción e impulso del pueblo colombiano en la actual batalla decisiva por la culminación de nuestra independencia, proponemos el mantenimiento de este Cabildo Abierto Nacional, de forma permanente, buscando hacer confluir en él, los numerosos acumulados de los sectores sociales que estamos en marcha por la independencia y la soberanía. Cabildo Abierto Nacional y Permanente, que sea el espacio de engranaje de la diversidad cultural de la nación, de las múltiples realidades regionales y de los anhelos de paz con justicia social de los sectores sociales.
Otorgamos a este Cabildo Abierto Permanente el poder constituyente del pueblo colombiano, de sus organizaciones sociales y de sus amplias masas explotadas y excluidas. Vemos en este Cabildo Abierto un crisol programático
y organizativo de nuestro pueblo, donde se funden nuestras propuestas por un nuevo país, junto con nuestras acciones para el logro de este objetivo. Este Cabildo Abierto, como hace 200 años convoca a la mayoría del pueblo y no a las élites, para aportar en la construcción de un programa de gobierno, de un proyecto de nación, así como de un instrumento certero de organización y lucha.
El Cabildo Abierto Permanente no busca disolver, competir o liquidar ningún otro espacio de organización y lucha del pueblo colombiano, sino confluir con ellos en medio de nuestra gesta libertadora. El Cabildo Abierto Permanente deberá ser ante todo un espacio de UNIDAD del pueblo colombiano: Unidad en una plataforma, que está siendo discutida en los cabildos temáticos, y Unidad para la acción, para la organización de la lucha de los diversos sectores de nuestro pueblo.

NUESTRA PROPUESTA DE UNIDAD

Reconociendo los aportes de las organizaciones y ciudadanos convocantes, así como la rica discusión preparatoria de los cabildos temáticos, proponemos la unidad en torno a un Cabildo Abierto, patriótico, anti-neoliberal, por la democracia y la paz.

Patriótico como nuestra Marcha, porque se enfrenta al poder de las potencias extranjeras sobre nuestro país. Nos oponemos a cualquier tipo de sometimiento político o militar como lo ha sido la intervención norteamericana, así como a cualquier forma de subyugación económica expresada en el neocolonialismo donde el gran capital expolia nuestras riquezas. Patriótico porque recupera lo más avanzado y radical de la gesta de nuestra primera independencia y nos hermana con los procesos de liberación actual de Nuestra América.

Anti-neoliberal, porque hemos identificado en este modelo económico capitalista, la causa del hambre y miseria de nuestro pueblo. Estar en contra del neoliberalismo, es hoy estar en contra del capitalismo en su fase actual, en contra del imperialismo, es decir, estar en la búsqueda de un nuevo
modelo económico basado en el bienestar del ser humano y no en el lucro de unos pocos. Estar en contra del neoliberalismo es la única forma de asumir consecuentemente nuestro patriotismo al oponernos al neo-coloniaje económico.

Un Cabildo Abierto por la democracia, en la medida en que valora como prioritaria la participación directa y decisoria de las amplias masas populares. Nosotros como Cabildo Abierto somos expresión misma de la participación real, esa que nos ha sido negada por 200 años a través de vías legales o extra-legales. No queremos una democracia formal, legalista y santanderista, sino una democracia real, donde se den garantías para la oposición política y se desmonten el fascismo y el militarismo hoy reinantes.
Finalmente nuestro Cabildo Abierto es un instrumento para la paz, porque mientras la guerra continúe serán incumplibles nuestras demás aspiraciones. Sin paz no es posible parar la intervención extranjera y repensar la democracia. Y de igual forma solo mediante una solución política al conflicto se puede derrotar al actual modelo económico de exclusión y miseria, ya que este es su principal causante. El Cabildo hace suya la tradición de nuestro pueblo de la lucha por la paz con justicia social.
Estos principios serán enriquecidos con los mandatos de los cabildos temáticos y los desarrollos de los cabildos regionales que aportarán con mayores elementos a la construcción de nuestro programa de gobierno.

ORGANIZACIÓN PARA LA ACCIÓN:

El Cabildo Abierto se propone como un espacio incluyente, como un instrumento de acción y organización antes que como una estructura rígida. En el Cabildo Abierto podemos congregarnos organizaciones sociales de carácter nacional, regional, local o sectorial, grupos políticos, plataformas o simplemente ciudadanos, que nos sintamos recogidos en su propuesta programática y organizativa. La forma en que el Cabildo Abierto Permanente funcionará en las regiones será discutida precisamente por quienes en ellas lo conformen.
El Cabildo Abierto, contiene dos ideas: la primera, la de un espacio de encuentro organizativo que podrá estructurarse de acuerdo a las condiciones en Juntas Patrióticas, Comités Bicentenarios, o como a bien tenga llamarse, sin perder nunca de vista la acción desde las bases como importante criterio de unidad. De igual forma podrán seguir sesionando como coordinaciones los actuales cabildos temáticos en los que se logre construir una agenda de trabajo.
De otra parte, está su dimensión programática; el Cabildo Abierto pretende construir y decidir programas alternativos de gobierno, mandatos populares. Por ello el Cabildo Abierto, tendrá como sustento en cada uno de los temas todo el acumulado programático que estamos integrando en medio de la Marcha Patriótica, pero allí donde dadas las condiciones se puedan convertir en legislación popular nuestras propuestas deberemos organizar Cabildos Abiertos con toda la comunidad, para deliberar vinculantemente nuestro programa de gobierno.
Este proceso que se forja 200 años después de nuestro primer grito de independencia deberá aprender de los aciertos y errores que por más de dos siglos hemos tenido los sectores populares. El Cabildo Abierto debe romper con los vicios que de forma cómplice han postrado al movimiento popular en su actual crisis y retomar la rica tradición de lucha y resistencia de nuestro pueblo.
El Cabildo Abierto debe convertirse en una nueva escuela de lucha popular diferenciándose del burocratismo, corrupción, unidad por las alturas, sectarismos y demás defectos que han dado al traste con experiencias pasadas. De nada sirve nuestra unidad si no se ve reflejada en la acción, en la praxis: El Cabildo Abierto es un instrumento para dinamizar la lucha social del pueblo colombiano y no para adormecerla.
Los procesos sociales no se conforman ni en la teoría ni en el papel. Este Cabildo Abierto está siendo parido por una multitudinaria movilización política por la independencia y la soberanía. Su lenguaje no puede ser otro que el de la movilización y su primera gran acción debe ser la convocatoria a un Paro Cívico Nacional para el año 2011 para romper con el embeleso de la ilegítima victoria del gobierno apátrida de Santos Calderón

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